lunes, 19 de septiembre de 2011

¡BIENVENIDOS A BORDO!




El capitán de esta nave os desea una venturosa singladura. Estas son las primeras notas que escribo en mi cuaderno de bitácora y quiero expresaros mi deseo de que este viaje sea felizmente inolvidable.
Quiero confesaros que, hace sólo unos días, al desplegar las cartas de navegación, volví a experimentar la zozobra que provocan en mí los días previos a la partida. He revisado los mapas y he vuelto a recorrer la vastedad del océano que debemos transitar, la lejanía que nos separa de los remotos lugares que habremos de alcanzar; rememoré los peligros que nos acechan y que tuvimos que sortear los años pasados... Sin embargo, al mirar los rostros de la nueva tripulación, al preguntar por cada uno de vosotros, el ánimo volvió a mí y descubrí en vuestros rostros la osadía, la audacia y la valentía quizá perdida hace años, cuando me embarcaba con ese ansia por conocer lenguas, culturas y paisajes desconocidos.
Como el viento que impulsa el velamen, este nuevo astrolabio digital que llevamos a bordo nos ayudará en nuestra travesía y estoy convencido de que será un instrumento indispensable para no errar e ir a la deriva.
Dejadme gritar: ¡todos a bordo! ¡Levad anclas! ¡Arriad las velas! ¡Que los céfiros nos sean propicios!

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